sábado, 7 de febrero de 2009

Ironia pelotuda

En medio de la brasa de la siesta, cortando alambres con una tenaza, estaba ensimismado en mis pensamientos sobre una mujer. ¿Qué hará ella a esas horas? ¿Estará durmiendo? ¿Qué habrá comido? Seguro que pollo con algo, le gusta tanto cuando lo hace a la cacerola con papas. Rico, tal vez estuvo mirando la novela mientras almorzaba ¡La puta! ¡Alambre de mierda! Justo me tengo que rasgar con este oxidado metal, encima este calor.
¡Qué calor hace por Dios! No tengo ganas de nada, estoy podrida de historia ¡Españoles hijos de puta devuelvan el oro que se llevaron! Además todavía tengo que lavar los platos y el pollo con papas me salió horrible, mierda. A ver, tengo que seguir leyendo los apuntes de derecho y después el de filosofía, pero falta poco, ya casi termina. Tengo ganas de ver a German ¿Si le mando un mensaje? A ver ¿Dónde está el celu? Ahí esta, uh tengo mensaje, tal vez sea él. Pero que pesado este pibe, no me interesa que estés armando una silla ¿Le contesto? No, ni ahí, si le doy calze me va a seguir molestando ¡Quiero verte German!